“Soledad en el Ocaso” por Johann Heinrich Fussli (1794-1796)
Comenzando este mes de febrero, en el cual se conmemora el amor, a través de las piezas de la semana haremos un pequeño viaje a través de las ideas del cariño, la compañía y el amor en sí mismo; comenzamos con una obra del pintor suizo prerromántico Johann Heinrich Fussli, quien creó un mundo visual bizarro, oscuro e irracional. En esta pieza Fussli nos presenta a un joven recostado sobre una piedra, que parece estar encapsulado entre el lienzo y su lugar de reposo; su rostro se nota cansado y melancólico. Los colores predominantes son grisáceos y oscuros, casi como si el mundo estuviese de luto, acompañando al desafortunado joven en su soledad. Junto a él solo podemos encontrar a un pequeño perro que ladra hacia algo que no podemos ver, dándole la espalda al muchacho y reafirmando esa solitud. Ante la débil luz de un sol que se esconde detrás de la escena es donde nos preguntamos si el joven está solo en vida o si en verdad está muriendo, si su soledad se debe a que se le escapa el aliento mientras su único compañero aúlla intentando conseguir una atención que no llegará. Es el ocaso también el signo de que el día se acaba junto a la vida del muchacho. A través de esta pieza invitamos a reflexionar sobre el hecho de que la soledad nos ataja a todos y todas en algún momento, de forma inesperada; por ello disfrutemos nuestras compañías mientras tenemos tiempo.