“Algunas rosas y sus fantasmas” por Dorothea Tanning (1952)
Siendo hoy el aniversario de muerte de la gran artista del surrealismo Dorothea Tanning, les compartiremos una de sus muchas obras que abordan la cotidianidad desde una visión que intenta volver visible aquello que solo la artista era capaz de ver. En esta pieza lo anterior toma forma, al presentarnos un bodegón de rosas; pero en el mundo de Tanning no puede ser tan sencillo: sobre un mantel blanco y limpio, recientemente desplegado (como indican los dobleces que dividen en elegantes cuadrantes toda la superficie), encontramos rosas de todos los colores; desde una blanca que parece nacer del propio mantel, a una azul recostada sobre un plato y terminando en algunas medio marchitas y mutadas. Junto a ellas podemos encontrar a sus fantasmas, espectros florales y etéreos que flotan y parecen fusionarse con la desgastada pared, con excepción de un único y masivo fantasma que con su único ojo nos observa, como si se percatara que somos capaces de verlos. De cierta forma ¿No es este un retrato muy apegado a como es la dinámica de la vida real? Dentro de nuestras cotidianidades perfectas ¿No encontramos todas y todos, espectros del pasado, de las cosas que fueron, lo que deseamos en aquello que nos rodea en nuestro diario vivir? Al final lo que queda es aprender a vivir con nuestros días y sus fantasmas.