Para finalizar el mes de noviembre y la jornada de la lucha en contra de la violencia hacia la mujer y la niña presentamos una icónica e histórica obra de la artista Judy Chicago. Producida entre 1974 y 1979 como una colaboración y exhibida por primera vez en 1979, en esta fiesta de cena monumental, se nos presenta un banquete ceremonial dispuesto en una mesa triangular con 39 asientos destinados a diversas mujeres importantes de la historia como: Sacajawea, Sojourner Truth, Leonor de Aquitania, la Emperatriz Teodora de Bizancio, Virginia Woolf, Susan B. Anthony y Georgia O’Keeffe. Cada lugar único incluye los utensilios propios para la cena: un plato de porcelana pintado a mano, cubiertos de cerámica, una servilleta con un borde de oro bordado y cada placa, excepto la que corresponde a la abolicionista Sojourner Truth, representa una forma de vulva. A cada asiento le corresponde un mantel, ejecutado en una variedad de estilos y técnicas de bordado. La mesa de la cena está compuesta por más de 2.000 azulejos blancos triangulares, cada uno de ellos inscrito en letras doradas con el nombre de una de las 999 mujeres que han marcado la historia. Posteriormente a su primera exhibición y a pesar de la resistencia del mundo del arte, la obra realizó giras por 16 lugares de seis países de tres continentes con una audiencia de 15 millones de espectadores. Creada con el objetivo de terminar con el ciclo continuo de omisión en el que las mujeres fueron excluidas del registro histórico, cada ala de la mesa nos presente primero a las grandes mujeres de la Prehistoria hasta el Imperio Romano, luego honra a las mujeres desde los comienzos del cristianismo hasta la Reforma y termina con un homenaje a aquellas nacidas desde la Revolución Americana hasta el feminismo. Así esta revolucionaria instalación visibiliza no solo el proceso de olvido y omisión de las mujeres en el relato de nuestra historia como humanidad, sino que reclama ese espacio del arte y lo llena con prácticas artísticas creadas desde lo femenino y que han sido presentadas como formas secundarias u ornamentales, dándoles el escenario y reconocimiento que se merecen.
Ubicación: Centro de arte feminista Elizabeth A. Sackler, Brooklyn Museum