“Tríada Escultórica y un Sabio” por Regina Aguilar (1994)
Para finalizar este mes de bicentenario hablaremos de una obra y un caso de peso excepcional en la historia del arte nacional. Creada por la gran escultora y artista visual hondureña Regina Aguilar para ser erigida en la Plaza Valle junto al Estadio Francisco Morazán, la instalación escultórica representaba al prócer José Cecilio del Valle pero, a diferencia del resto de obras tradicionales donde la imagen del sabio se encuentra alto y alejado de quien le observa, aquí Aguilar lo pone a nuestra altura y dividido en sus 3 facetas de vida: en la primera sosteniendo una mata maíz como símbolo de un hombre que es terrateniente y tiene una fuerte conexión con su tierra, en la segunda sosteniendo un globo terráqueo sobre su cabeza como símbolo de su carácter mundial y las conexiones que a lo largo de su vida cultivó con grandes pensadores del mundo; finalmente en la tercera sostiene su propia cabeza en un gesto de realización hacia sí mismo de la sabiduría adquirida. En las tres facetas le encontramos desnudo, humano y vulnerable sin ropas pomposas ni nada que oculte la esencia de lo que fue; esta desnudez es lo que le costaría la vida a esta obra que, en un arrebato de una ignorancia conservadora, fue arrancada del espacio donde por días causó revuelo, bromas y reflexiones. Sin duda esta creación y el debate que trajo consigo puso en evidencia la negativa que existe en nuestra sociedad acerca de verse a sí misma con otros ojos, revisar nuestra historia y sus personajes desde un punto de vista más crítico y a 27 años de su desaparición, 200 años de nuestra independencia, es un hecho que nos exige destruir con esa tradición de héroes inalterables.