El día de ayer se conmemoró el día nacional de pino por lo que en esta pieza de la semana veremos una obra del artista francés Paul Cézanne, uno de los principales referentes de las vanguardias del siglo XX. En esta obra Cézanne nos presenta una composición rítmica que deja atrás sus trabajos anteriores, particularmente el estilo impresionista ya que en este trabajo el artista sacrifica esa importancia sobre la luz y la atmosfera para alcanzar un representación unitaria y geométrica guiada por el color, esto lo podemos notar en el uso rítmico de líneas verticales que crean los troncos de los pinos, combinado esto en la parte inferior con las rocas creadas con cubos, cilindros y esferas que se van cortando en formas irregulares. Detrás de las ramas solo percibimos el azul del cielo que nunca cobra protagonismo y que tampoco nos ofrece una sensación de perspectiva. Debido a esto, lo que recibimos es una imagen cuyos elementos chocan a la vez creando una experiencia completamente dirigida por una paleta fría de azules, verdes, marrones y grises. Esta obra es verdaderamente una que se anticipa al cubismo, que nos muestra la importancia de Cézanne en el avance de la historia del arte y su enorme sensibilidad que le permitió romper lo que consideraba como la forma correcta de hacer arte en su tiempo.