"Ciudad Nativa" de Nelson Merren
Nelson Merren
La Ceiba, Honduras-1931
CIUDAD NATIVA
Y me dijo mi madre:
“Fue una mañana invernal
Cuando a mis brazos llegaste
Yo te besé muchas veces
Y lloré no sé porque”
Esa mañana de Diciembre
se hizo camino
Y lo mismo las lagrimas
Hoy regreso
De un país donde el paisaje
Es solo aire y horizonte.
Regreso a tus montañas,
A tu intacta verdura,
A tus tejados calientes.
Y me siento en los parques
Donde la sombra es móvil,
Y voy hasta la playa
Donde La luz, de blanca, tiene
Fogonazos azules.
Arena traída y llevada,
¿serás la misma?
En otro tiempo fui, joven grumete,
Por los barrios portuarios
Viendo Hombres de óptica confusa salir de las cantinas
Y la constancia de las vigas.
Y además de las escarolas del humo Descifre la ortografía de los navíos,
Y vi la arquitectura del polvo
Subir a las ventanas.
(¡Allí están, no lo sigas,
No cruces corredores
De tinteros antiguos!)
Mi soledad anduvo de rodillas
Por el sol y tus barrios,
Y una piedra insultada
Me crecía por dentro.
Recuerdo para siempre
Cuando quise ser duro
Y resueltamente
Mate mi primer pájaro.
Y el ruido me llevo
Por valles y volcanes,
Penínsulas de cuarzo y playas álgidas.
Y anduve insomne, errante,
Conociendo y viviendo,
Muriendo y reviviendo,
Y en las manos abiertas y desnudas
Un ronroneo negro de preguntas.
Hoy regreso a tus casas
Afanadas y buenas,
Toco cercas con polvo
Y recorro tus calles
Con confeti de baches.
Camino hasta el crepúsculo
De la quieta bahía,
Y el zumbar de preguntas
En el aire simétrico
No sé de qué color tiene.



