“Montaña de Sainte-Victoire” por Paul Cézanne (1904-1906)

Continuando con las piezas de la semana de abril, con las que celebramos la belleza del planeta tierra, hoy les presentamos una de las obras más revolucionarias de la historia del arte, creada por el artista francés Paul Cézanne, precursor del cubismo. A las afueras de la ciudad francesa de Aix en Provenza, el artista se vio embelesado por la pequeña montaña de Sainte-Victoire, elevada sobre una vasta llanura de viñedos, aldeas con azulejos rojos, arroyos y mantos de pinos. Cézanne encontraba fascinante como los colores de la montaña variaban a lo largo del día a medida que paseaba por los alrededores y la luz del sol iba cambiando, lo que lo llevó a pintar una serie de obras que capturaban esas transformaciones. La que les presentamos hoy es una versión en la que el artista descompone la belleza natural que se desenvolvía frente a él en secciones de color, que de manera rítmica van creando un mosaico que se convierte en el paisaje que tanto le cautivaba. De esta forma su trabajo dio paso a futuras vanguardias del arte y dejando un legado que al hacer frente a las reglas tradicionales del arte, cambió las posibilidades creativas y creadoras de los y las artistas por el resto de la historia.